domingo, 28 de junio de 2015

Cómo empezar nuevos hábitos (II) La práctica es mejor

He estado un poco inactiva en el blog, pero hay una razón fundamental. Desde el inicio de esta aventura, me di cuenta que una de las cosas que no se cuentan en los temas de superación o cambiando un nuevo hábito es  ¿Cómo "#&%%$!)=* hacerlo? Aveces pareciera una receta mágica o algo que solo pueden algunos. Uno realmente quiere encontrar una pastillita o una pócima ideal que con solo tomarla logre el resultado ideal.

Eso pensaba yo. Pero hoy me doy cuenta que no existe tal cosa, cada uno es único, y no existe una única vía, no existe una receta mágica. Hay que descubrirlo por si mismo, hay que intentar y errar, esa es la clave. Lo importante de conocer las historia de otras persona, no es implementar lo que ellas hacen sin tener un por qué, sino entender que  es una ventana de nuevas posibilidades que puedo aplicar y seleccionar en la medida en que me conozco. De esta manera aplico lo que resuena conmigo y lo adapto a mí. A eso me he dedicado estos 15 días.

Navegando entre lo empírico y lo cientifíco

El Dr. Robert Bilder, director del Centro Tennenbaum para la biología de la creatividad dice que Solo, cuando estás experimentando alguna incomodidad, estás logrando realmente un tipo de cambio. Cuando uno quiere cambiar un hábito, generalmente hay un rechazo en el cerebro, porque él no quiere salir de su zona de comodidad, pero no porque sea un perezoso o porque sea ineficiente, todo lo contrario. Pero de eso hablaremos en otra ocasión. En estos momentos eso no es relevante.

Una de las grandes razones por las cuales no he logrado un cambio de hábito efectivo,  se debe a que mi cerebro no tiene una experiencia previa de éxito en el nuevo hábito que quiero involucrar en mi vida. Por consiguiente llegamos al yo soy así o nunca voy a poder de los que hablábamos en entradas pasadas. Entonces, para esto necesitaba crear una experiencia de éxito que me ayudara a ganar confianza y construir recuerdos, para transferirlas o trasponerlas en otras áreas y de esta manera construir un cambio sólido. Hoy les contare una pequeña experiencia al respecto.

Iniciando un nuevo hábito

Una de las cosas más difíciles para mí es bañarme con agua fría, es realmente terrible, porque yo me baño con el agua muy caliente, verdaderamente caliente. Entonces mi piel no está acostumbrada al agua fría (con decirles que me baño con agua caliente en tierra caliente). Desde hace varios años he intentado cambiar de hábito y bañarme con el agua fría. Mi intención con este hábito es recordarme a mi misma, que el cambio es posible y que puedo lograr las cosas que me proponga por más difíciles que me parezcan y por más esfuerzo que requiere.  Pero no lo había logrado, hasta ahora. Y bueno, hoy les quiero contar como llevo 15 días con este nuevo hábito

Al principio no fue molesto.... Fue terrible

Este proceso de cambio lo llevo intentando implementar desde hace como 2 años y medio, sin éxto. Como mi profesión (ingeniera ambiental), me propuse a hacerlo como meta mediambiental porque así cuidaba el medio ambiente. (jajajaj). Pero ni por esas.

Luego surgió escribir este blog y  comprendí que  era como una vitrina de lo que quiero expresar y realmente sería una farsa si no intento o práctico las cosas que estoy escribiendo. Me di cuenta que esta es una buena motivación. Cuando uno sabe que otras personas saben de su objetivo y propósito, se crea un lazo y una motivación más fuertes. Es así, somos seres sociales.

Cuando tomas una decisión por las razones correctas  el universo parece conspirar.

Bueno, resulta que hace 15 días, (más o menos) al inicio de este blog, en el que todavía estaba pensando  en si iniciaba este nuevo hábito o no, me llegó un  retwit que hablaba de cómo Tony Robbins se sumergía en una piscina de agua helada por algunos minutos y explicaba como esta práctica ayuda a las células a regenerarse, a autocurarse y ayuda al cerebro a mejorar sus funciones cognitivas (aquí el enlace). Esto fue muy importante, porque me ayudó de alguna manera a tomar la decisión, convencer a mi cerebro de que  era una buena práctica y de que era un buen hábito, que otras personas lo están realizando y les da buenos resultados.

Si no estuviera interesada en este hábito, tal vez la noticia habría sido transparente para mi, o simplemente no habría llegado. Ahí es donde el universo le da a uno pequeñas señales de que cuando uno se enfoca, no está solo.

Llevo 15 días bañándome con el agua helada (Imagínense: Bogotá 6:00 a.m. 2600 metros más cerca de las estrellas), se imaginarán cómo está el agua a esa hora. Pero esto es muy bueno,  le puedo decir a mi cerebro y a mi misma, que los hábitos se pueden cambiar y sobre todo, mi día es diferente, me siento más activa y la sensación después del baño es realmente interesante.

Pero eso sí, los domingos me doy  una recompensa de agua calientica.

¿Es importante que sea el agua fría?

NO

Esto es lo que me ha servido a mí. Es algo personal, porque el agua fría era el terror para mi, era uno de  mis monstruos en el armario y por fín lo enfrenté (ya enfrentaré los otros). Puede que para usted sea otra cosa, que incluso pueda parecer a los ojos de los demás algo muy nimio, no se, levantarse temprano, tender la cama, organizar la ropa, llevar la loza a la cocina después de comer. No se necesita, que sea algo super radical, pero si un hábito que se pueda practicar diariamente. Comience con lo pequeño y vaya creando historias de éxito. En esas situaciones va creando nuevas experiencias que le permitan demostrarse así mismo que si puede.

Le voy a exponer dos frases y usted decide con cual resuena:

  • Si la persona xxxx, logró realizar esta actividad con menos recursos ¿Cómo no lo voy a lograr yo que tengo una situación más privilegiada y tengo más recursos?
  • Si ya logré pasar este obstáculo, que era difícil para mí ¿Cómo no voy a lograr este reto, si ya me demostré a mí misma que puedo cambiar y que tengo lo necesario para lograr lo que me propongo?

Obviamente, usted sabe cuál es la frase que más resuena conmigo. Y no importa con cual resuene usted, si le funciona, está bien, porque todos somos diferentes.

Conozco personas que se bañan con agua fría, pero  tienen hábitos no muy adecuados, por lo que el agua fría no es necesariamente el camino, a menos que resuene con usted.Si cree que es una buena práctica realícela, sino busque algo que realmente lo desafíe, que realmente lo ponga a prueba, por pequeño que sea. En otra entrada le contaré cómo fue el proceso de hasta ahora.

Gracias por leer y espero esta información le sea de utilidad.

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Este artículo como muchos de los escritos que encontrará en este blog hacen parte de mi experiencia y mi aprendizaje personales. Yo transmito lo poco que se y agradezco a quienes lean y crean que esta información es importante y digna de transmitir, lo hagan citando la fuente. Más allá del ego, una humanidad sostenible también significa el respeto y reconocimiento por el saber del otro.  
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