miércoles, 19 de agosto de 2015

Cuando uno quiere mandar todo al #$%¿=¡'?

Es este proceso de cambiar de mentalidad, de evolucionar hacia algo mejor, me he topado con mis propios obstáculos, me topé con mis propios sistemas creencias. Y es que lo que no le cuentan a uno los gurus del coach, es que uno pasa por por etapas de resistencia que ni la metodología más espectacular y eficaz le logra a uno mover, la razón: todos somos únicos. Y llega el momento que quiere uno mandar todo para el #$%¿=¡'? y tener una máquina o una persona que destruya para siempre esos muros que lo a uno limitan, pero no sucede (y menos mal que no sucede).

  Hoy quiero contarle algo que si le puede ayudar sería muy bueno, si no, no importa, cada uno va en su búsqueda y si lo logró de otra manera. sería muy enriquecedor saber cómo lo logró.

Por qué cuando inicio algo siempre me topo con un muro tan grande

En este proceso de iniciar un viaje hacia la conversión de un modelo de negocios que inicié tan animada, comenzó a pesarme mucho y me di cuenta que tenía ante mí un muro muy grueso y muy alto que no me dejaba avanzar (aún estoy en el proceso) y creía erróneamente que debía derribarlo, destruirlo. Pero cuando lo intentaba, más mal me sentía. Desafortunadamente, eso fue lo que nos enseñaron, que los muros se derriban porque no nos dejan pasar, sin ni siquiera saber si lo que realmente tenemos es un muro o qué...

Por qué me es tan difícil destruir ese muro.

Mientras escribía estas líneas con mucho esfuerzo y sin ganas de hacerlo, e intentaba convencerme a mi misma que debía existir una manera adecuada para derribar ese muro y mientras luchaba en mi interior por no querer derribarlo, me di cuenta de algo que fue una revelación... Ese muro soy yo, ese muro soy yo, con toda mi historia, con todas mis experiencias... Claro!!!! por eso no lo podía destruir..

Nos enseñaron a interpretar las señales externas como parte de nuestro ser, que nos volvimos ciegos para ver el interior y cuando de vez en cuando podemos divisarlo, obviamente nos asustamos y lo vemos como nos enseñaron a ver las cosas: como obstáculos. Y en esas señales externas nos pusieron referentes que no eramos nosotros: debemos ser como el papá, como la mamá. Desde chiquito a uno le dicen: pero tiene las mismas cejas de su papá, tiene le mismo genio de su abuelito, tiene la misma cara de su tía, etc. 

Pero no se nos enseñó a ser como nosotros, por eso nos vemos como muros, como obstáculos. Y a la pregunta ¿Cómo es María Luisa? se me hace un nudo en el estómago, y entonces vi el muro y surgieron preguntas como ¿Es esto lo que quiero? ¿Así debería estar? ¿lo que estoy haciendo me hace realmente feliz?. etc, etc y preguntas similares. 

Nos enseñaron que estas preguntas se deben hacer cuando uno está deprimido, cuando como decimos en Colombia "se está en la inmunda", pero no, estas preguntas debemos hacernos todos los días, son las que nos da norte, las que nos guía. Pero como no nos conocemos, estas preguntas nos causa terror.

...Abro paréntesis

Por favor papás enséñenles a sus hijos a hacerse estas preguntas desde chiquitos, para que empiecen a ejercitar su brújula interna, porque cuando estas preguntas se hacen cuando uno ya es grande la respuesta es difícil de identificar y cuando se encuentra su implementación es complicada. Permitan las respuestas fantasiosas e incluso retadoras o sin sentido. Así desde pequeños van encontrando sus propios caminos... Claro que puede que no sea el que ustedes elijen.

Cerrando paréntesis...

Encontrando el silencio incómodo

Entonces uno llega a un punto en que se encuentra con un vacío, con un silencio incómodo, un silencio que hasta lastima, porque ya supera uno el reproche  hacia los padres. Pasa uno ya las frases de "es muy tarde para mí", "esto no es lo mío", "he desperdiciado mi vida". Luego pasa a los  "y qué passaría si". Y llegué al límite de las palabras, encontré es bendito vacío que no me enseñaron que existía, incómodo, retador, inexplicable.

Del silencio a la transformación... Ya se que es ese bendito muro.

Entonces en ese vacío se encuentra uno con que es necesario realizar una transformación, que ese muro que veía no es más que el propio ser. Y entonces descubrí que cuando uno ve esos "muros" es por una extraña habilidad que todos los humanos tenemos de "salirnos" de nosotros mismos y vernos en nuestra magnificencia, en nuestra belleza. 

 Y ese muro no es más que nosotros mismos dormidos. Ahora entiendo, por qué no me era posible destruirlo (la autodestrucción es imposible para el cerebro). Entonces, no se puede romper, no se puede escalar, no se puede rodear. Hay que despertar!!!! Levantarse y ponerse en movimiento.   

Los sistemas de creencias que nos dice que no podemos, que ya es demasíado tarde que "soy así", que nunca lo voy a lograr ¿Se acuerdan? y todas las demás frases y conceptos que nos limitan, no son ladrillos, son somniferos que nos tiene adormecidos. Y qué hay que hacer?.....Si DESPERTAR.!!!!!


Así. Cómo no.... Ahora cuénteme una de vaqueros....

Si parece difícil y raro... y en cierto grado lo es. La pregunta es cómo me despierto. Para eso hay que fijarse cómo se despierta uno normalmente cada mañana. Muchas veces uno no se acuerda de los sueños, y en el 99.99% de las veces que uno se acuerda, se da cuenta de que fue un sueño. Uno no se levanta por ahí pensando que el perro con cara de mono que lo perseguía a uno en el sueño, sigue por ahí acechándolo. Otras veces si. Y uno tiene motivaciones para levantarse, aunque no sean las correctas (para eso están la preguntas incómodas).

Y cuando estamos despiertos empieza nuestro movimiento. Cuando dormimos, se nos olvidó que este es un momento de recarga y que es importante descansar y cuando nos veamos durmiendo, solo debemos despertarnos con dulzura, con cariño, sabiendo que todo está bien. La pregunta es hacia donde me muevo, qué hago, cómo se que estoy despierta o sigo dormida, cómo puedo querer a eso que toda la vida vi como un muro para destruir.

Bueno... Las respuestas están ahí. No se si estoy despierta o dormida, pero ya se que no debo derribar nada, que todos los obstáculos de mi mente solo soy yo durmiendo y en este caso lo que me despierta es el movimiento, saber que tengo que recorrer un camino... La pregunta es qué camino?... Pero otra de las cosas que aprendí en este proceso, es que no hay que darse tan duro. Tengo suficiente para digerir con esto que descubrí. No hay fórmulas mágicas, solo pequeños atisbos de realidad que se abren a nuestros ojos para ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos.

Espero esta información le sea de utilidad.

----
Este artículo como muchos de los escritos que encontrará en este blog hacen parte de mi experiencia y mi aprendizaje personales. Yo transmito lo poco que se y agradezco a quienes lean y crean que esta información es importante y digna de transmitir, lo hagan citando la fuente. Más allá del ego, una humanidad sostenible también significa el respeto y reconocimiento por el saber del otro.  
------




No hay comentarios:

Publicar un comentario